Cosmovisión

  • El universo es Vida.
  • Dos alternativas aparecen ante nuestros ojos: continuar interfiriendo en su normal funcionamiento o generar conocimiento de la realidad para poder participar inteligentemente en él.
  • Lo que percibimos o alcanzamos a percibir de la vida son solo manifestaciones imperfectas de sus múltiples y variadas posibilidades.
  • La vida aparece como un conjunto de funciones cuya finalidad es manifestarse plenamente, en todas sus dimensiones, de manera progresiva, expandiéndose desde un centro hacia la periferia tanto en lo macro como en lo microcósmico, superando cualquier condicionamiento impropio que aparezca.
  • Está conformada por elementos tangibles e intangibles, concretos y abstractos, los cuales interactúan de una forma compleja a través de vínculos de interacción; lo intangible alimenta a lo concreto, sirviendo lo concreto como soporte de lo no manifestado.
  • Sin importar su condición, la vida del hombre se manifiesta a partir de un conjunto de necesidades, cuya adecuada satisfacción lo condiciona fuertemente. Si el medio es favorable a la satisfacción de éstas, la sensación será de bienestar. Si, por lo contrario, se presenta como una barrera que impide los logros, la sensación será de frustración.
  • Un medio favorable es aquel que dispone de recursos y de un sistema simple de leyes respetadas por sus actores y garantizadas institucionalmente, de manera que las diversas acciones, orientadas a satisfacer las múltiples necesidades emergentes, no colisionen unas con otras.
  • Cualquier sistema, de cualquier naturaleza y condición, funciona y logra sus objetivos solo si sus componentes –vivientes o no vivientes- actúan en concordancia con su marco normativo. Caso contrario, se deteriora, se debilita, se fragmenta y “fracasa”.
  • El “fracaso” de la vida es siempre parcial, acotado, local, temporal, pues la misma se renueva permanentemente en un proceso continuo de adecuación y de ampliación de conciencia o de funciones, superando aquellos obstáculos que se interpongan.
  • El humano, actor conflictivo en el proceso de la vida, compone un espacio propio (Dominio Persona) que dispone de determinados atributos los cuales aparecen como suficientes para ejecutar apropiadamente un rol de importancia como elemento de coordinación, armonía y control de los dominios específicos que denominamos: Natura, Cultura, Estado y Ambiente.
  • Los atributos de la persona humana, desde esta óptica, son de tres tipos: psicofísicos, de relación y de síntesis. Los primeros facilitan el aprendizaje, los segundos, la comunicación y el tercero se manifiesta como conciencia y conducta.
  • La vida progresa a través del aprendizaje que expande la conciencia y despeja prejuicios, posibilitando así una participación plena; la vida se deteriora cuando se simula vivir una participación inexistente que obnubila la conciencia y causa, finalmente, dolor y exclusión.
  • La Vida es Una, aunque se manifieste a través de formatos diversos y de procesos complejos. Reconocer tal complejidad exterior e intentar descubrir su unidad esencial, es lo que facilita el reconocimiento y la humildad, bases del comprender, del participar y del servir, como acciones apropiadas para alcanzar plenitud y trascendencia.

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